sábado, 30 de enero de 2010

Nombres míticos y molones: Nikola Milinković

Nikola Milinković es un ex-jugador de fútbol bosnio que jugó en España en la década de los 90. El jugador balcánico llegó a la UE Lleida en el lejano 1993. No se que es lo que más me llamó la atención de él; primero su nombre, eso seguro, sin embargo también fue importante el hecho de que llegase a un equipo tan modesto como el leridano, recién ascendido a Primera, categoría en la que el equipo había militado solo una temporada anteriormente. Además de eso, me parecía que Milinković tenía pinta de jugador de balonmano balcánico.

Nació el día de San José de 1968 en la localidad yugoslava de Sanski Most (hoy situada en Bosnia-Hercegovina). Antes de recalar en España destacó en el equipo yugoslavo del FK Bečej, equipo con el que disputó la última edición de la liga de la República Federal Socialista de Yugoslava, en una temporada en la que se proclamó campeón el Estrella Roja de Belgrado, equipo que contaba en sus filas con varios ex-jugadores de la Liga española como Stojkovski (Real Oviedo), Ratković (Celta y Sevilla), Najdoski (Valladolid), Belodedici (Valencia, Valladolid y Villarreal), Leković (Sporting y Málaga), Stošić (Mallorca y Betis), Adžić (Toledo y Logroñés), Tošić (Mérida y Castellón), Jugović (Atlético), Lukić (Atlético y Marbella) y Bolić (Rayo).

En su primera temporada en el Lleida (93/94) no logró hacerse con un puesto en el once titular pero si que fue utilizado regularmente como revulsivo por Mané. A pesar de su suplencia, Milinković fue el máximo goleador del equipo ilerdense con 6 goles, habiendo disputado solo 10 partidos como titular. Delanteros como el danés Andersen o el prometedor Aguilà contaron con más minutos que el bosnio. El equipo dirigido por Mané no logró evitar el descenso y Milinković continuó durante la temporada 94/95 en Segunda. En la categoría de plata jugó más pero solo disputó 16 partidos como titular, compartiendo ataque casi siempre con Salillas, que llegó a anotar la nada despreciable cantidad de 18 goles. Tras no lograr el ascenso a Primera, Milinković abandonó el equipo leridano. En su primer equipo en España el jugador bosnio coincidió con jugadores como Urbano, Txema, Acosta, Pedro Luis, Raúl Ojeda o Bartolo.

Su siguiente estación fue la UD Almería equipo que disputaba también la Segunda División y en el que compartió delantera con clásicos como Roberto Martínez o Luna, y dejó en el banquillo a otros clásicos como Jon Bakero, Luke o Uribarrena. El Almería se salvó por poco del descenso y Milinković consiguió su mejor marca goleadora en España, 10 goles, siendo también en el máximo goleador del equipo andaluz en esa temporada (95/96).

Tras tres temporadas en España, recibió la llamada del Chaves portugués que por entonces militaba en la máxima categoría del país vecino. Chaves es una población situada muy cerca de España y la localidad española más cercana es Verín, donde creo que residía Nikola. En el Chaves coincidió con varios jugadores españoles como José María García, Dani Díaz, Roberto Matute o Iván Miner. También militaba en el Chaves el rumano Marcel Sabou, ex del Sporting y del Racing. Tras una temporada en Portugal, en la que el equipo finalizó en una cómoda décima posición Milinković retornó a España. A pesar del cambio de país Milinković no se tuvo que mover mucho debido a la cercanía existente entre Chaves y Orense, ciudad gallega sede de su nuevo equipo, el CD Ourense. En Galicia compartió vestuario con futbolistas como Ljubojević, Quique Estebaranz, Currás, Pichi, Fran Caínzos, Awule Quaye o el mismísimo Ivica Mornar. Después de su experiencia en Galicia, Milinković volvió a Portugal para jugar otra vez en la máxima categoría del país vecino, esta vez en las filas del Alverca. En el equipo de Alverca do Ribatejo, el jugador bosnio permaneció dos temporadas, hasta la 2000/01. Allí volvió a coincidir con el asturiano Míner y también compartió vestuario con el ex-madridista Zeferino.

Tras ocho temporadas en la Península Ibérica Milinkovic hizo las maletas a Austria, en mi opinión un estupendo destino final para cualquier jugador de fútbol que haya conseguido despuntar medianamente en la Segunda División española. En Austria militó en el Grazer AK de la Bundesliga durante cuatro temporadas (dos terceros puestos, un segundo puesto y un campeonato) y después dejó el fútbol de alta competición para disputar sus dos últimas dos en activo en las filas del Schwadorf, equipo del estado de la Baja Austria.

miércoles, 13 de enero de 2010

Norbert Dickel: probablemente el jugador más querido en el Westfalenstadion


El 24 de junio de 1989 se medían en Berlín el Borussia Dortmund y el Werder Bremen para dilucidar quien sería el campeón de la Copa de Alemania. El equipo de Dortmund no ganaba un título desde 1966, año en que derrotaron al Liverpool en la final de la Recopa de Europa. El Werder Bremen partía como claro favorito tras haber llegado esa misma temporada a disputar los cuartos de final de la Copa de Europa, competición a la que habían accedido tras ganar la liga alemana en la temporada 87/88.

En el equipo de Bremen destacaban jugadores como Karl-Heinz Riedle, Dieter Eilts, Oliver Reck, Rune Bratseth o el ex-atlético Mirko Votava. En el equipo de Dortmund destacaban jugadores como el joven Andy Möller, el escocés Murdo Mc Leod, el pequeño de los Rummenigge o Michael Zorc. En un partido en el que el favorito era el Werder Bremen, la Copa no solo acabó yéndose a Dortmund, sino que además, convirtió a Norbert Dickel (delantero del Borussia), probablemente en el jugador más querido en las tribunas del precioso Westfalenstadion (hoy llamado Signal Iduna Park).

Las cosas comenzaron a torcerse para Norbert Dickel 6 semanas antes de la final, al lesionarse de gravedad en la rodilla. La lesión ponía en duda la participación del delantero de Renania del Norte-Westfalia en la final de Copa. En esas 6 semanas Dickel se tuvo que trasladar diariamente a Dusseldorf para tratar la rehabilitación de la maltrecha rodilla, recibiendo 8 horas diarias de tratamiento. Pocos días antes de la final Dickel pudo volver a entrenar pero su entrenador (Horst Köppel) no estaba seguro de la participación de “Nobby” en la final. Pero él quería jugar. Un día antes del partido, el entrenador habló con el médico y decidieron que Dickel jugaría. Sin embargo, ese mismo día por la noche la rodilla de Dickel comenzó a dar problemas y el jugador sufrió molestias; el delantero dudó por primera vez y le comentó al entrenador que podría ser una buena idea comenzar el partido desde el banquillo y luego salir en caso de ser necesario. Pero el entrenador ya había tomado una decisión y Dickel saldría de inicio.

El comienzo del partido no fue nada esperanzador, a los 15 minutos Riedle adelantó al Werder Bremen y Dickel no tocó un balón en los primeros 20 minutos. Sin embargo en el minuto 21 ocurrió algo que condicionó el resto del partido: Dickel consiguió el gol del empate. Tras ese gol, los jugadores del Borussia comenzaron a pensar que era posible llevarse la Copa. En la segunda parte, Frank Mill, compañero de Dickel en la delantera adelantaba al equipo de Dortmund. En el minuto 73 Dickel consiguió el 3-1 tras una impresionante volea y un minuto más tarde llegaba el 4-1 tras un gol de Lusch, que llevaba un minuto en el campo. En el minuto 77 Dickel fue sustituido y ya no se movió más el marcador. Los últimos minutos del partido los vivió Dickel desde el banquillo sin poder enterarse mucho de lo que pasaba en el campo porque el entrenador estaba delante de él y no dejaba de moverse. Según cuenta Dickel le dijo al entrenador: “Horst, tranquilo, aquí no va a pasar nada más”. Aún hoy Dickel le saluda a Köppel de esta manera cuando se encuentran.



El Borussia Dortmund volvió a ganar pues un título 23 años después. Ese título significó también el principio del fin de la carrera futbolística de Norbert Dickel y el principio de su leyenda como “El héroe de Berlín”. Dickel contaba solo con 28 años. En la siguiente temporada Dickel llegó a jugar 6 partidos pero su rodilla no se recuperó y tuvo que retirarse prematuramente del fútbol. Después de dejar el fútbol pasó una mala época hasta que en 1993 volvió a incorporarse al Borussia Dortmund para desempeñar otras funciones: primero como comentarista en el Westfalenstadion y más tarde como organizador de eventos y comentarista de la radio del equipo, funciones que aún desempeña en la actualidad.

Norbert mantiene hoy en día el estatus de ídolo de la afición del Borussia y su nombre se corea en todos los partidos que se disputan en el Westfalenstadion. En todos los partidos la afición le pide que salude, cosa que, debido a su trabajo, puede hacer alto y claro.

Como en tantas otras ocasiones, la inspiración me vino tras leer un artículo en 11-Freunde.

Información obtenida de: 11-Freunde, Welt Online y Wikipedia.